Mar 02, 2020
Acordadas: Son decisiones de la Suprema Corte de Justicia en pleno o de algunas de sus Salas, especialmente en materia de Superintendencia. Son verdaderos «Reglamentos Administrativos». Así dice la definición de un paper para un estudiante de Derecho. Pero en el caso de esta historia de enredos judiciales se ha valorado la acepción que faltó: acuerdo.
Se trata de la acordada de la Suprema Corte de Justicia 29489 expedida por la Sala 1, integrada por los jueces de Corte, Omar Palermo, Julio Gómez y el presidente del Alto Tribunal Jorge Nanclares. En esa decisión se dispone el traslado de funcionarios del fuero Civil al de Familia.
Esto generó un malestar generalizado entre los jueces civiles y los funcionarios judiciales afectados. La disposición originó un verdadero revuelo y puso frente a frente a los magistrados retobados y el jefe Nanclares. Tanto que el mismo juez supremo les dijo el jueves que «empatotarse y aplaudir en el cuarto piso no es una actitud de un juez«.
La referencia del presidente de la Corte apunta al reclamo que los jueces hicieron contra la reforma, como intempestiva, al otro día de la notificación ocurrida el lunes 17.
Está enojado Nanclares con el fuero civil y lo hace visible. Responderá por las vías judiciales los cuestionamientos. Pero no parece ser el mejor consejo para resolver una disputa doméstica pero que involucra a una gran parte del Poder Judicial y a la vez a muchísima población afectada por los conflictos judiciales tanto en lo civil como en lo familiar.
Sí reconoce que haber impuesto los cambios en «un plazo de 24 horas» y no haber consultado el contenido de la acordada, fueron los puntos flojos de este proceso de reforma. Trató de remediarlos, pero la resistencia ya estaba formada.
Qué resisten
Los jueces civiles descreen de las estadísticas esgrimidas por la Oficina de Estadísticas, y la Secretaría de Gestión y Control y la Dirección de Recursos Humanos del Poder Judicial.
La base de la modificación para este organismo de medición de gestión judicial, de acuerdo a sus datos, es que las causas judiciales en el fuero Civil disminuyeron y aumentaron en la misma medida en los juzgados de Familia.
Los jueces civiles advierten que con el sistema de oralidad hay pasos procesales que se realizan, pero que no quedan formalmente registrados por lo que no son tomados en cuenta al momento medir la gestión, por lo cual las estadísticas serían erróneas.
Miren, presten atención a lo que conversan los jueces afectados y los que observan de cerca el problema planteado por la acordada:
«Los jueces cuestionan la reforma por no ser aplicable ya que las estadísticas planteadas no son las correctas. Por ejemplo en Familia sabemos que cada caso que se presenta dentro de un grupo familiar es un nuevo expediente, (por ejemplo: por tenencia o por alimentos) se llegan a acumular hasta diez expedientes por famila. La aplicación de la oralidad requiere de otro tipo de trabajo y ese paso necesita de herramientas y otros recursos».
Por otro lado, según el ojo crítico hacia Nanclares, no se han respetado las formas y los modos propios de una decisión tan trascendente.
«Resistimos esta acordada porque no nos consultaron y nos quisieron imponer un cambio de un día para otro, siendo un problema que tiene diez años y necesita de soluciones estructurales. O sea, la forma autoritaria de tomar la decisión no tiene nada que ver con la Corte», me comentó un juez civil inquietado por la coyuntura que atraviesa.
¿Se puede hacer?
Esta es la mirada de magistrado con más de treinta años de experiencia y con responsabilidad de gestión judicial. Le consulté si este tipo de cambios tan impactantes hacia dentro de la estructura se puede hacer por una acordada de la Sala Administrativa.
1- Este tipo de reformas se pueden realizar por acordada pero deben ser en plenario y unánimes y consensuadas, me aclaró.
2- El otro cuestionamiento, es que se están cambiando estructuras de juzgados creados por ley, por lo tanto debería haber sido por ley.
3- «Hay formas jurídicas y modos en el tratamiento que esta vez no se cumplieron«, sentenció el juez consultado.
Los argumentos del jefe
Dijo Nanclares ante los medios que la acordada busca salvar la oralidad en los juzgados de Familia por eso requiere de más personal. El titular de la Corte defiende la legitimidad de su decisión en la forma y el contenido.
«La presente acordada tiene como principal objetivo la reorganización de tareas y mejoramiento de las oficinas judiciales, para su óptimo aprovechamiento y la organización de las tareas, funciones y roles de cada uno de los integrantes de los tribunales», dice parte del texto decisor, criticado por los magistrados civiles y defendido por «el doctor N» (así le dicen familiarmente al presidente del Alto Tribunal).
La regla a aplicar es más amplia en realidad. El «gobierno» del Poder Judicial decidió que el modelo de «gestión asociada» que ya se aplica en el fuero Penal, se extienda a todo el mundo judicial, es decir en lo familiar, de paz y concursal y, al mismo tiempo, dispuso un refuerzo de personal para los tribunales de familia.
El sobrino del jefe o el «octavo juez»
Carlos Quiroga Nanclares es un funcionario judicial, pero con mucha experiencia en toda la administración pública. De raigambre justicialista, durante los gobiernos peronistas habitó despachos en el Palacio de Gobierno hasta que desembarcó en Tribunales de la mano de su tío Jorge.
Ahora tiene rango de magistrado y es el encargado de la Secretaría de Gestión y Control de la Suprema Corte. En los pasillos del cuarto piso de Tribunales se refieren a él, irónicamente como el «octavo juez de la Corte» por la influencia que le atribuyen.
La reforma planteada se la adjudican al sobrino cortesano, pero para explicar el fenómeno, asumen aquel dicho popular que dice que «la culpa no es del chancho…».
Formalmente Nanclares tiene que responder el amparo que el gremio de los funcionarios judiciales le plantó contra la acordada, por entender que la cúpula judicial ha vulnerado los derechos laborales de secretarios y afines de los juzgados civiles.
El alto magistrado luego de exponer el jueves 27 en el acto de apertura del año judicial dijo que sus razones para impulsar esta medida serán expresadas en la contestación que hará al planteo.
Para graficar, los demás integrantes de la Corte admiten que no fueron convocados por Nanclares para discutir el efecto de la «desacordada», como se especuló ayer viernes 28.
Los críticos judiciales siguen mirando al sobrino del juez y observan la reacción de Nanclares y advierten que en esta ocasión el presidente de la Corte está solo.
Fuente: Mendoza Post