El Desayunador: La reforma constitucional de Suarez
La reforma constitucional bajo el efecto de la pandemia
La presentación de la ley de la necesidad de la modificación de la ley fundamental no sorprendió pero la atención pública está en otro lado.
Pandemia mata reforma. Esa sería la primera conclusión coyuntural sobre la iniciativa del gobernador Rodolfo Suarez con su ahora cumplida promesa electoral de impulsar la reformulación de la Constitución Provincial.
A favor del gobernante corre la idea de que quien conduce un proceso político trascendente como el que nos convoca no debe mediar el momento contingente. Éste un tiempo de convulsiones sociales y económicas casi permanente, por lo cual nada se podría proyectar estructuralmente.
Y hasta la Historia de Mendoza lo certifica, en 1916 cuando se concretó la última reforma constitucional integral, la provincia atravesaba por una crisis profunda, tanto que el mismo gobierno conservador de Francisco Álvarez de ese momento instalaba ollas populares en los barrios por la hambruna que padecía la población. En ese clima los constituyentes como Julián Barraquero y Guillermo Cano discutieron la Constitución que hoy nos rige.
En este cuadro se incluye al Partido Demócrata que históricamente se ha opuesto a las reformas integrales y prefiere el mecanismo de las enmiendas constitucionales.
Además por el lado de la izquierda se da por sentado el rechazo del FIT por el recurrente reclamo de este sector a la presunta tendencia de “minimizar” con estas reformas a las minorías partidarias, valga el juego de palabras.
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