Cáncer de colon: Detectado a tiempo, se cura en el 90 % de los casos
Cada 31 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Cáncer Colorrectal. Esta enfermedad es una de las principales causas de muerte por cáncer en todo el mundo.
El cáncer colorrectal es un tumor maligno que se desarrolla en el intestino grueso como consecuencia de la interacción entre factores hereditarios y ambientales, especialmente vinculados con la alimentación y el estilo de vida. En más del 90 % de los casos se origina a partir de una lesión precursora denominada pólipo adenomatoso. Estos pólipos crecen lentamente durante más de diez años y, si no se detectan y extirpan a tiempo, pueden convertirse en cáncer.
En Argentina, según estimaciones de 2020, el cáncer colorrectal es el segundo tipo de cáncer más frecuente en la población, detrás del cáncer de mama en mujeres y el cáncer de próstata en hombres.
Esta enfermedad afecta principalmente a personas de 50 años o más, con similar incidencia en hombres y mujeres. Si bien la mayoría de los casos se presentan en personas sin antecedentes específicos, existen grupos con mayor riesgo: individuos con antecedentes personales o familiares, quienes deben realizar controles médicos adaptados a su situación.
Factores de riesgo y prevención. Entre los principales factores de riesgo del cáncer colorrectal se destacan:
–Edad: la incidencia aumenta significativamente después de los 50 años.
–Antecedentes personales o familiares: personas con familiares directos que padecieron cáncer colorrectal o pólipos deben comenzar sus controles médicos antes de los 50 años.
–Enfermedades inflamatorias intestinales crónicas: colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn aumentan el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
–Dieta y estilo de vida: un alto consumo de carnes rojas, embutidos, grasas animales, alimentos ultraprocesados, baja ingesta de fibra, frutas y verduras, sedentarismo, obesidad, tabaquismo y consumo excesivo de alcohol incrementan el riesgo.
Para reducir el riesgo se recomienda:
-Mantener una alimentación equilibrada, rica en fibras, frutas y verduras
-Limitar carnes rojas y grasas saturadas.
-Realizar actividad física regularmente.
-Evitar el tabaco y reducir el consumo de alcohol.
-Realizar chequeos médicos periódicos, especialmente desde los 50 años.
Síntomas a tener en cuenta:
-Sangrado en la materia fecal (visible o microscópico).
-Cambios persistentes en el ritmo intestinal (diarrea o estreñimiento).
-Dolor o molestias abdominales.
-Sensación de evacuación incompleta.
-Pérdida de peso inexplicable.
-Anemia sin causa aparente, con cansancio y debilidad.
Ante estos síntomas es fundamental consultar al médico.
Detección temprana: clave para salvar vidas
La detección temprana es la herramienta más efectiva para reducir su impacto y mejorar las posibilidades de curación. Consultar a tiempo marca la diferencia, ya que detectado precozmente es curable en más del 90 % de los casos, mientras que, en etapas más avanzadas, la tasa de curación sigue siendo significativa: cercana al 60 %.
–Test de Sangre Oculta en Materia Fecal inmunoquímico (TSOMFI): estudio no invasivo que detecta sangre microscópica.
–Videocolonoscopía: procedimiento que permite examinar colon y recto, detectar, y extirpar pólipos para evitar su evolución a cáncer.
Opciones de tratamiento. El tratamiento del cáncer colorrectal depende del estadio en que se detecte:
-Colonoscopía terapéutica (pólipos o lesiones precancerosas).
-Cirugía para extirpar tumores localizados.
-Quimioterapia complementaria.
-Radioterapia en algunos casos de cáncer rectal.