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El Lobo está nuevamente

Pasaron un par de días, varias horas del momento glorioso, volver a la máxima categoría del Futbol Argentino, para la mayor parte de los hinchas será la primera vez, como  la pirámide de la vida donde pocos vieron al Víctor y su orquesta, de esa gloriosa Copa de Clubes.  Campeones de la República Argentina de 1965, (que esperemos que la AFA lo reconozca como título oficial), la goleada a San Lorenzo en el Viejo Gasómetro, otros disfrutaron al Chupete Badia, al Búfalo Funes al Cochina Olguín. En mi caso me llevaron a ver Gimnasia con Huracán en ese 84 pero no recuerdo nada, si 10 años después fui consiente de una final frustrada al Nacional B con San Martin de San Juan mediados, después vendría la caída, el spedway y el juicio y el candado para el remate.

Entendí que ser hincha de Gimnasia era ser nostálgico de glorias que no viví, lo mío era ver jugar torneos del Interior los sábados a las 3 de la tarde soportando altas temperaturas, el famoso ascenso del Lobo de los Milagros del 2003, ese fue como un paréntesis de gloria para después volver a la triste realidad, de los descensos y arrancar de nuevo; liga, torneos del Interior, Argentino B. Desde el 2012 se empezó a cambiar con la llegada de Fernando Porretta y una camada de nuevos dirigentes que se sumaron a los que estaban y era volver a pensar en Familia que solo unidos se salía, con un lema que parecía una utopia “ Gimnasia un club en ascenso”.

Ahí vinieron los dos ascensos del 2014, del Argentino B al Federal A y a la B Nacional en el mismo año con el Mago Oga como estandarte,  era pasar prácticamente de un futbol casi amateur a una Liga Profesional en un abrir y cerrar de ojos, que se pagó con el descenso pero está vez era distinto, las bases estaban sólidas y el objetivo de la Familia Blanquinegra era llegar a la Liga Profesional por lo que se pensó en ascender a la Primera Nacional como un paso y por eso Gimnasia fue protagonista en todos los torneos con una semifinal en el 2022, una final del reducido en el 2024 y la final gloriosa del sábado 11 de Octubre reciente.

Paso de todo en ese partido, de pensar que nos querían robar, que el ascenso era para para el otro equipo y así viví ese segundo tiempo en silencio, triste, enojado, amargado mirando un reloj que había pasado los 90 minutos. Atrás quedaban los dos goles anulados, el penal no cobrado y el gol de ellos con la famosa ley del ex, justo en este partido se tenía que cumplir. Hasta que veo la última jugada el remate de Lencioni y el reclamo, pero será corner, pero mis amigos eternos de la Peña Badia me agitan y me gritan penal vamos Negro, en ese momento nos abrazamos como hacen los jugadores en una definición de penales y estalló el grito mi corazón, casi explota y mi cabeza casi estalla, como no pudieron ponerse de acuerdo si era el ACV o el infarto me dejaron con vida por lo menos para ver lo que seguía nuestro Capitán Mondino arengando que se ganaba y se ganó a lo épico con un “Confíen en mí” de nuestro arquero Rigamonti y sí, confiamos en cada uno que me decía vamos que nos volvemos a Mendoza con el ascenso, la gente no paraba de alentar, porque la confianza la transmitían los de la punta de la pirámide pero también la base mayoritaria que es la generación más ansiosa que no esperaba otro año más y sin dudas que el último tiro en el poste y la pelota se elevó y no bajo, se las quedaron los Ángeles Blanquinegros comandados por el Maestro Víctor Legrotaglie y decretaron como Dioses del Olimpo el Lobo es de Primera, volvió el grande al lugar que le correspondió siempre.

Ahora se descarga la lluvia como la bendición para cada jugador y para cada hincha, volvió Gimnasia y no es historia sino presente, ha vuelto el Viejo Glorioso y Sufrido Lobo pero con la experiencia de saber a dónde quiere estar y a donde no va a volver, salud Lobo Campeón.

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