Feb 16, 2022
No se estaban llevando bien, necesitaban un parate para volver a su eje y hacer lo mejor que sabían hacer: componer. Una aventura que inspiró las mejores canciones, como “Revolution”, y dio lugar a una de las fotos más emblemáticas de la banda.
Dejaban rastro por donde pasaran y cada una de sus acciones trascendía las fronteras del universo. Encarnaban, sin dudas, los nombres más reconocidos del mundo y eso ya los estaba llevando a tocar fondo. Sobre todo después de la muerte por sobredosis de su representante, el llamado “quinto Beatle”, Brian Epstein.
Ya habían experimentado con el LSD y otras drogas, pero fue en febrero de 1968 que los cuatro músicos de Liverpool decidieron subirse al avión para adentrarse en el mundo de Maharishi Maresh Yogui, un viaje que los alejaría de todos los fantasmas que habían arrastrado hasta el momento.
La iniciativa partió de la devoción de George Harrison por la meditación trascendental. Meses antes de volar, el guitarrista organizó un encuentro en Inglaterra entre la banda y Maharishi Mahesh Yogi, fundador de la práctica que consta en sentarse y repetir un mantra en silencio. Fue entonces que John Lennon, Paul McCartney -quienes comenzaban a disputarse el liderazgo del grupo- y Ringo Starr se adentraron en el mundo del hinduismo y decidieron, más tarde, aartir a Rishikesh, al norte de la India.
Del viaje participaron los cuatro Beatles junto a sus parejas y un cortejo compuesto por personalidades como la actriz Mia Farrow; el cantante de folk Donovan; el miembro de los Beach Boys Mike Love; el fotógrafo Paul Saltzman; y el periodista Lewis Lapham.
“Fue muy divertido porque fue la primera vez que a los Beatles les encantaba estar juntos. Todo el día, toda la noche, todos los días. Se la pasaron de maravilla. No hubo discusiones, no hubo nada, fue todo tranquilo y calmado”, recordó hace tres años la exesposa de Harrison, Pattie Boyd, a diferencia de los rumores que decían que el retiro había sacado a la luz los conflictos entre los músicos de Abbey Road.
Lo cierto es que la aventura sirvió para que se alejaran de la prensa y de la histeria de los fanáticos. Sin embargo, Ringo Starr no soportó las costumbres indias y volvió con su esposa a Inglaterra tras dos semanas en Rishikesh. “La comida era imposible para mí porque soy alérgico a muchas cosas. Me llevé dos valijas, una con ropa y otra llena de porotos Heinz”, recordó más tarde el baterista.
Lennon, que como Ringo era vegetariano, también hizo alusión años más tarde a su partida: “Ringo se volvió rápido a casa. No pudo aguantar la comida y su esposa no se bancó los bichos. Fue entendible, él era un muchacho muy británico. Había curry y comida muy picante y él tiene un estómago que se descompone fácilmente”.
En total, eran cerca de 60 las personas de todas partes del mundo que vestían túnicas, collares de flores y ropa holgada, dado el calor que hacía en el lugar. Se alojaban en seis bungalows con instalaciones bastante modernas y contaban con personal de limpieza, cocineros y hasta masajistas.
Meditaban 20 minutos a la mañana y otros 20 a la noche. “Te llevaba de vuelta a la infancia, a cuando eras un bebé, a algunos de esos momentos de seguridad cuando solo necesitabas ser alimentado y dormir la siesta. Y pensaba: ‘Bueno, diablos, esto es genial, no podría comprar esto en ningún lugar’. Eso fue lo más placentero y relajante que jamás tuve. Por algunos minutos me sentía tan liviano, flotando, tan completo”, reflexionó Paul sobre el retiro.
Según contó Pattie Boyd más tarde, los más involucrados en la práctica del Maharishi eran John y George. “Podían meditar durante horas”, señaló. De hecho, fueron los que más tiempo duraron en el lugar, dado que McCartney volvió a Inglaterra a las tres semanas.
Pero la experiencia espiritual comenzó a desmoronarse cuando recayeron sobre el padre de la meditación trascendental algunas acusaciones de abuso. “Había un gran alboroto sobre el Maharishi y las acusaciones sobre un intento de abuso a Mia Farrow o intentando estar con ella y otras mujeres. Nos quedamos toda la noche discutiendo si era verdad o no. Y cuando George empezó a sostener que podía ser real, pensé: ‘Bueno, debe ser verdad, porque si George está dudando, algo debe haber ahí’”, relató luego Lennon.
A su vez, los músicos estaban desencantados por el constante interés del gurú en ganar fama y lucrar con la compañía de los Beatles. De hecho, decían que el indio estaba en las reuniones siempre junto a su contador, lo que revelaba su atractivo por el rédito económico.
Por todo esto, los últimos de la banda que quedaban en Rishikesh adelantaron su partida. En el camino de vuelta, Lennon compuso una canción dedicada al gurú espiritual. “John tenía una canción que había empezado a escribir y decía: ‘Maharishi, ¿qué has hecho?’. Por lo que yo le dije: ‘No podés decir eso, es ridículo’. Fue entonces cuando propuse el título de Sexy Sadie y John cambió el ‘Maharishi’ por ‘Sexy Sadie’”, contó Harrison.
Como “Sexy Sadie”, el cuarteto compuso en el viaje otras 47 canciones y varias de ellas forman parte de “White album” -Álbum blanco, en español-. Para ese entonces habían dejado de tocar en vivo y hasta se sugirió la idea de que habían perdido la inspiración. El silencio del ashram del Maharishi les devolvió el impulso para escribir.