Oct 17, 2021
Hoy se conmemora el día mundial para la erradicación de la pobreza, una iniciativa impulsada por Francia y Burkina Faso, y apoyada por el resto de los países del sistema internacional, que destaca la necesidad de una alianza verdaderamente global, en la que los países en desarrollo y los países desarrollados participen de forma activa en la erradicación de la pobreza. Este año se celebra el 28º aniversario de la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas que establece el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza proclamado por la ONU en 1992. El objetivo es “Promover una mayor conciencia de la necesidad de erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países”.
Según datos de la ONU, “las tasas de pobreza en el mundo se han reducido en más de la mitad desde 2000, sin embargo, una de cada diez personas en las regiones en desarrollo continúa subsistiendo con menos de $ 1,90 al día, y millones de personas viven con un poco más de esta cantidad diaria. Se han logrado avances significativos en muchos países de Asia oriental y sudoriental, pero casi el 42 por ciento de la población del África subsahariana sigue viviendo por debajo del umbral de pobreza. Sin embargo, el secretario de la ONU, Antonio Guterres, confirmó que hay “más de 820 millones de personas que padecen hambre en el mundo, de las cuales 144 millones son menores de cinco años”. El Covid-19 empeoró las cosas y este año podría haber unos 48 millones de personas en pobreza extrema” (El Intransigente, 2020).
Del mismo modo, el Banco Mundial afirma que “por primera vez en más de dos décadas la tasa de pobreza extrema aumentará, con lo que se revertirá la tendencia que permitió sacar de la pobreza a cientos de millones de personas”. Además, el 30% de los nuevos pobres del mundo residirá en zonas urbanas, en comparación con el 20% de los pobres existentes.
Gráfico 1: identificación de los nuevos pobres. Fuente: Banco Mundial
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) menciona que la recesión económica mundial aumentara la pobreza y el hambre especialmente en países con redes de protección social débiles. Así mimo, debido a los efectos del COVID-19 en América Latina y el Caribe se pronostica una “retracción del PBI de al menos 5,3% en 2020; se producirá una caída más intensa en México (-6,5%) y América del Sur (5,2%) que en el Caribe (-2,5%) y el conjunto de Centroamérica (-2,3%)”. La pobreza podría incrementarse 3,5 puntos porcentuales, mientras que se prevé que la pobreza extrema aumente 2,3 puntos porcentuales, alcanzando al 13,5% de la región, la incidencia más alta de las últimas dos décadas (CEPAL & FAO, 2020). Esto se traduce a que 15,9 millones de personas más podrían caer en pobreza extrema, con lo que afectaría a un total de 83,4 millones de personas en 2020.
Para enfrentar los impactos socioeconómicos producidos por el COVID-19 en la región Alicia Bárcena la secretaria ejecutiva de la CEPAL plantea cinco propuestas: Un ingreso básico de emergencia, un bono contra el hambre, subsidio a las pequeñas y medianas empresas, digitalización para todos, y el acceso a financiamientos para los países de renta media. En términos más amplios, integrar las dimensiones económicas, sociales y ambientales, asegurando que nadie se quede atrás, como señala la agenda 2030.
Grafico 2. Estimación de las personas en situación de pobreza en 2020. Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
El primer Objetivo de la Agenda 2030 es “poner fin a pobreza en todas sus formas en todo el mundo” y para lograrlo, se necesita un crecimiento económico inclusivo, con el fin de crear empleos sostenibles y de promover la igualdad”. Una de las metas más concretas y ambiciosas de esta Agenda es reducir a la mitad la cantidad de pobres en el mundo hacia 2030 (Mancero, 2016) Pero, el grupo Banco Mundial en un comunicado el pasado 2 de octubre declaró que, pese a sus esfuerzos, “aún queda mucho por hacer para poner fin a la pobreza extrema, y siguen existiendo muchos desafíos. Por ejemplo, en gran parte del mundo, el ritmo de crecimiento es demasiado lento, y la inversión es muy escasa para elevar la mediana de los ingresos. En muchos países, el ritmo de reducción de la pobreza ha sido más lento o incluso se ha revertido”. Por esa razón, es momento de prestar atención a los más vulnerables y asegurar que el mundo cumpla sus promesas ya que la pandemia podría empujar a unos 100 millones de personas más a la pobreza extrema en 2020 (Banco Mundial, 2020)
En conclusión, si queremos que exista futuro para la familia humana es necesario erradicar la pobreza porque solo sin pobreza el mundo podrá avanzar hacia una sociedad más justa independientemente del lugar donde cada persona nazca. Se recomienda seguir el planteamiento de la CEPAL para enfrentar los impactos del COVID-19 implementado un ingreso básico de emergencia, un bono contra el hambre, subsidio a las pequeñas y medianas empresas, digitalización para todos, y el acceso a financiamientos para los países de renta media. Finalmente, para erradicar la pobreza la Organización de Naciones Unidas invita a todos los estados a que dediquen el día a presentar y promover, según proceda actividades concretas ya que esta jornada ofrece la oportunidad de recordarlo en público con el propósito de erradicar la pobreza en todas las formas, en todo el mundo antes de 2030.